El sínodo está reflexionando sobre las diversas formas en que millones de católicos, cada uno con experiencias diferentes y similares, han discutido cómo Dios está activo en nuestras vidas, cómo hemos fallado estar a la altura de la gran vocación que se nos ha dado, cómo la fe, la esperanza y el amor han transformado y continúa transformando nuestras vidas. El Sínodo está llamado a considerar cómo la Iglesia, en este momento, puede seguir proclamando la presencia de Dios que Jesús nos ha traído y que continúa llevándonos en la Misa y en nuestros actos de caridad. (Sínodo en la sinodalidad)